Monday, June 15, 2020

No hay mal que por bien no venga / Silver linings

I would recommend running the below text through Google translate or similar (if you’re reading this with Google Chrome it might come as an automatic option), to better understand this very open tale of how the lockdown helped Lorena recover her mental health, rediscover herself and grow in self-confidence and strengthen her relationship with her daughter. At the end of it there’s a summary in English.

Hoy tengo ganas de escribir, hace semanas mi primita Cristina me preguntó si quería participar y la verdad que me gustó la idea… lo único que me ha parado ha sido que me daba miedo escribir toda la historia porque se convertiría en una realidad de la que a veces queremos huir… pero en este caso os cuento mi relato, mi historia breve de estos meses atrás en los que no sabíamos que iba a pasar ni como íbamos acabar cada uno de nosotros..

Volviendo más o menos a las primeras semanas de marzo… cuando todo explotó… y nos declararon en estado de alarma y nos dijeron cada uno a su casa y no salgáis. Con todas esas noticias de gente muriendo, gente desesperada por salvar a esas personas, pánico por todos lados … vamos una locura que no podíamos adivinar qué iba a suceder… a mi me pilló vamos con un ataque de pánico porque sabia que si enfermaba estaba en lo cierto que no saldría… porque… ¿por qué pensaba así? Porque tengo una enfermedad muy importante más muchas otras cositas que acabarían complicando mi vida si yo enfermaba. Soy diabética, con problemas de alergias, con asma, más algunas pequeñas tonterías que no me ayudaban en mucho… pero ahora viendo todo después de estos meses mi problema no era ese … era la tristeza.

Pues eso, entré en estado de pánico... lloraba porque tenía mucho miedo de enfermar, lloraba ante la incertidumbre de no saber qué iba a pasar… no entendía porque ahora tenía tanto miedo de morir si meses antes era lo único que deseaba porque mi vida no tenía ningún sentido y me castigaba yo misma y me culpaba de muchas cosas de mi pasado. Estaba perdida, me sentía hecha pedazos y pensaba que le hacía un favor a todos los que me rodeaban. Es cierto que diez días antes de empezar toda mi vida empezaba a cambiar... me sentía con más energía, comenzaba otra vez a coger las riendas de mi vida … y todo me cayó encima como una bomba y pensaba “no puede ser ahora que salgo del pozo me vuelven a meter obligada”.

Pensaréis ¿por qué estaba tan triste, por qué estaba tan hundida? Es fácil, las personas más cercanas nuestras pueden ser las que más puedan dañarnos. Hace un año y medio más o menos salí de una relación de maltrato el cual acabó en la cárcel… Bueno pues aun así de estar 4 años consintiendo eso, salí de ese infierno para meterme en otro. No era mucho peor que el anterior pero al estar yo como ya estaba acabó con lo poco que quedaba de mi. Dejé mi vida por esa persona, dejé de respirar, dejé mi sonrisa, mi ilusión, mis costumbres… por satisfacer el egoísmo de una persona posesiva, controladora, que me trataba como basura, lo que me hacia pensar que me lo merecía.

¿Que ocurrió? Que desperté… que vi lo que no quería en mi vida, me miraba en el espejo y no me reconocía… me sentía muerta y desperté. Desperté unos días antes de la cuarentena y claro, cuando nos dijeron "ahora tienes que quedarte en casa"... me volví a hundir porque pensé “este es mi destino no puedo salir de esta, esta vez me ha tocado…” 

Esas dos primeras semanas que pasé con miedo son las que me hicieron revivir de nuevo…. Porque había tocado fondo y ya no podía hundirme más. Así que poco a poco empecé a calmarme, empecé a ver que quería vivir, empecé a tener una rutina a la que me acostumbraba, cada día haciendo deporte en mi casa, cada día disfrutando de la compañía de mi hijita que fue ella y su sonrisa de estar con su mamá la que me hizo volver a ser fuerte, llena de energía, la que me ayudó a ver lo que no quería en mi vida, a echar todas esas cosas, personas, pensamientos negativos que me destruían y que gracias a todo esto a vuelto la sonrisa en mi vida y sentirme más que nunca orgullosa de mi.

La verdad es que puedo decir que esta cuarentena ha sido una experiencia muy positiva en mi vida, que ha estado llena de risas con mi hijita. Me llegó a estampar una loncha de jamón en la cara y así nos pasamos la cuarentena disfrutando y conociéndonos más una con la otra. 


También he empezado a disfrutar de la soledad, de lo bonito que puede ser aprender a estar sola y conocerse... también marcarse retos que si no hubiera estado en esta situación jamás hubiera hecho. Andaba de 15 km a 20 km cada día, lo cual me hizo aprender lo importante que es cuidar mi cuerpo y valorar la suerte que tenemos de vivir en esta isla tan bonita llamada Mallorca. Es cierto que no me porté muy bien respetando las normas… No quería sentirme enjaulada de nuevo y dentro de lo que podía hacer me saltaba las normas: caminaba más de los kilómetros que tocaban, iba a visitar una vez en la semana a la familia porque lo necesitaba. Me arriesgué, si lo sé... pero sabía lo que necesitaba para volver a estar bien así que me arriesgué. 



Y ahora doy gracias a toda esta experiencia que hemos pasado. Aunque sé que para mucha gente ha sido muy doloroso por todas las personas que han perdido… pero puedo decir ahora mismo que me siento muy feliz, fuerte, sana, orgullosa de mi. Mi hija me mira con otros ojos y eso me llena completamente. Y al estar así puedo decir que todo lo que ha venido a mi estas últimas semanas… son cosas positivas que jamás pensaría en otro momento que me llegarían… Tener una casa por fin, personas maravillosas a mi alrededor, poder disfrutar de todos los momentos con paz en mi corazón y en mi cabeza.


No hay mal que por bien no venga… puedo decir sinceramente en esta ocasión.

* - * - * - *

Lorena was hesitant to share her story, despite liking the idea, because putting it to words would make it real, and reality is something we sometimes wish to escape from. This is her story of these months of uncertainty during the quarantine in Mallorca.

Back in the beginning of March, when the numbers started increasing, the state of alarm was declared and we were told not to leave our homes, with constant news of people sick and dying, and others desperate to save them, tales of panic… Lorena had a panic attack because she was sure if she got sick, she wouldn’t survive due to her pre-existing health issues (diabetes, allergies, asthma…). But looking back at that time she realises now her problem wasn’t so much her health, as it was sadness. She was in a state of panic, crying, scared of getting sick, crying at the uncertainty of not knowing what would happen. Life felt meaningless and she blamed herself for things from her past and times when she felt lost and thought people around her would be better off without her. The thing is, just 10 days before the crisis her life had begun to change and she was more energetic, regaining control of her life, so this whole situation just landed like a bomb that made her feel all locked up again inside herself.

The reason she had been so lost was a couple of abusive relationships, the first of which the guy ended up in jail, and shortly after that ended she found herself in another relationship that took a similar turn, not as bad but who with his possessive, controlling ways, finished grinding her down till there was little of her left and had her thinking she deserved to be treated like trash. But she woke up one day, didn’t recognise herself in the mirror and decided to break away and change her life. Barely 10 days before the quarantine started. So that sensation of being locked up made her sink down again thinking this was it…

But those first two weeks of fear and panic made her realise she had hit rock bottom, made her want to live again, and she slowly calmed down, started to make herself a routine - sports, time with her daughter whose smile filled her with energy and helped her to identity what she wanted, and didn’t, in life. Her smile came back and she began to feel proud of herself.

For Lorena the quarantine has been a very positive experience, full of laughter with her daughter and getting to know each other better. It has also been a time for her to learn how to enjoy solitude, about being along and getting to know yourself, and setting herself challenges that she would not have tried otherwise. Like walking 15-20 km every day, learning how important it is to take care of her body and appreciating the beauties of Mallorca and how lucky she is to live there. She was so desperate to not feel caged that she wasn’t particularly obedient of the lockdown rules. She took risks, but she knew she needed to do it to be well again.

As she thinks back on this experience that we have been through, painful for so many people who have lost loved ones, for her it has left her feeling very happy, strong, healthy and proud of herself. Her daughter looks at her with different eyes. The positive things that have come from this experience would not have come at another time. Now she has her own home at last, is surrounded by wonderful people, and is able to enjoy each moment with peace in her heart and head. Silver linings.

No comments:

Post a Comment

Please share your thoughts and strike up a friendly dialogue!

Aussie Tales of the "Rona" in 2020!

G'day from Australia! We live in Port Macquarie, New South Wales and just over a year ago took over a Bed & Breakfast only 200m ...